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Cómo es hacer sexo
an.al? Dicen que es
algo asqueroso pero no se si sera antihigienico o es
malo(Pregunta
enviada)
La penetración
anal no es en sí algo malo ni degradante, sino una forma
socialmente bastante aceptada (según las modas morales de cada época) de
practicar la sexualidad. Es básico que la pareja muestre interés por
esta modalidad sexual, es decir que no lo haga por complacerlo a
uno (pues es un acto tanto o más íntimo y comprometido, para
una misma, que el sexo vaginal), así como conseguir que la mujer esté
excitada, la zona del esfínter anal relajada y dilatada,
y usar abundante lubricante
de base acuosa, procurando que esté siempre presente durante toda la
práctica sexual.
También es básico tener paciencia,
pueden hacer falta unas cuantas sesiones de ir probando, no sólo para
que el cuerpo sino también la psique se acostumbren, pues es como si
hubiese que reeducarla y establecer una nueva asociación mental
ano/placer. También es necesaria mucha confianza en la pareja activa, en
el plano emocional, y también en su habilidad y tacto, y que la pareja
pasiva o receptora no olvide ser expresiva, lo que significa no dejarlo
todo en sus manos, guiarle en lo que le gusta o le disgusta, y saber
decir basta.
Empezar muy suavemente, nunca ser
demasiado vigoroso, la primera vez ir penetrando por "trocitos" y
detenerse varias veces, preguntando siempre a la pareja cómo va. Ante
cualquier síntoma de dolor, irritación o extrañeza, hay que volver atrás
o detenerse o renunciar. Es buena idea usar preservativo,
obligado en parejas ocasionales, así como ella haber evacuado
un buen rato antes de la práctica sexual anal. Si se usan
artilugios tipo consoladores, elegirlos con un diseño que les impida ser
absorbidos al interior del recto, no compartirlos con terceras personas
y mantenerlos muy limpios antes y después de su uso. Para eliminar
tensiones, ayudará no empezar la relación sexual directamente con esta
práctica, sino introducirla después de juegos eróticos o de un poco de
penetración vaginal. Después de penetrar el ano no volver a introducir
el pene en la vagina, pues las bacterias del recto pueden causar una vaginitis;
si acaso usar un preservativo, y cambiarlo por otro nuevo si se cambia
al coito vaginal. Ayudará también que uno sea observador y detecte, al
ir a iniciar el coito anal, si la pareja tiene la región pélvica tensa,
en cuyo caso hay que ayudar a relajar la zona, también transmitiendo
confianza a nivel verbal.
El esfínter tiene una cierta elasticidad
(nunca como la vagina),
pero necesita de una adecuada estimulación y de la relajación
muscular subsiguiente para dilatarse y facilitar la penetración.
Cuanto más dilatada esté la zona, menos dolorosa y más placentera será
la experiencia. Ello puede requerir tiempo, mucho tacto y práctica. No
basta, pues, con usar lubricante. Una estimulación previa incluirá otras
zonas erógenas, las nalgas, el surco y el contorno del ano.
A
modo de iniciación un día puede probarse, con lubricante, a insertar la
punta de un dedo y hacer círculos suaves, tocando la superficie del ano
y luego el interior. Se hará más presión sólo si la pareja consiente.
También se puede introducir un dedo en el ano durante la
penetración vaginal, o durante un cunnilingus, mejor en los
momentos de alta excitación. La estimulación adicional y simultánea,
como la del clítoris o la de los pezones, o golpecitos o suaves
pellizcos en las nalgas, ayudarán a subir la excitación y la relajación.
La autoexploración es también una buena idea, por
ejemplo dedicarse una sesión durante un baño caliente, jugando con un
dedo en la zona e introduciendo la punta, concentrándote en las
sensaciones y buscando diferenciar cuándo el esfínter está tenso y
cuándo está suelto, comprendiendo a la vez cómo resulta posible ejercer
un control consciente sobre esto.
Algunas posturas para
el coito
anal: si se usa la típica del galgo o perro, la pareja
receptora (digamos la mujer) levanta el tórax para facilitar el ángulo
de la penetración y reducir la posibilidad del dolor. Otras son: la
mujer acostada bocabajo, o de pie y de espaldas al hombre, o sentada
encima de él (ahí ella tiene mayor control), o la típica del misionero
pero con una almohada bajo la pelvis de la mujer y sus piernas alrededor
de los hombros del hombre.
Algunas parejas tienen problemas o
aprensión por la aparición de posibles restos de heces,
pero esto no tiene por qué suceder. Si ella ha ido al baño, esperar
unas horas antes de realizar la penetración
anal, de este modo las paredes internas del recto
tienen más tiempo para reabsorber de forma natural los residuos de
materia fecal. Beber mucha agua y cuidar también la alimentación,
procurando que sea equilibrada y rica en fibra, con lo que las heces
serán más compactas y “limpias”.